martes, 6 de febrero de 2007

Corazones amarillos

"Vea, macho, se la dejo más fácil ... el Real Cariari queda 8 corazones amarillos después del cruce que comunica con pista, y que está ahí por el Centro Nacional de Rehabilitación. Vaya contando y verá que no se aburre"

Mae... había escuchado de los enredos del tico para dar direcciones, pero ahora sí me limpió este compa.... es como la vez que me dijeron que Liberia quedaba, de la Dos Pinos en Alajuela, siguiendo la carretera hasta el primer semáforo....
Algo ha de andar mal con los ticos. Cada vez que uno pasa por debajo de un puente peatonal se topa al menos con dos personas que tratan de cruzar la pista. Se juegan la vida por no caminar pinches 200 metros y ponen excusas tan negligentes como se me cansaron las piernas, o qué pereza, o esa vara está muy sucia.... 8 corazones... voy por el segundo y se me retuerce la tripa, no cuelvo a comer carne donde Betico Mata, bueno no al menos tanta carne porque me indigesto tres dias y me dan unas pasadas que parece que me tragué el toro completo y vivo, y ahora que digo toro mandagüevo que aún sin las fiestas de Zapote la cifra de accidentes de tránsito por conductores borrachos e imprudencioas haya aumentado con respecto al año pasado, y es que ha de ser que hay más carros, porque con todo y petroleo por las nubes y el costo de la vida el tico sigue comprando y comprando naves y ya no caben, y ayyyy a aquel cabrón casi se lo levantan, 5 corazones amarillos en la carretera en las cercanías de este paso peatonal.. ya llevo 7 y ni señal del centro comercial Real Cariari, yo sé dónde queda porque viví mucho tiempo en Heredia pero el chofer no me habla sabe Dios por qué y prefiere preguntarle a alguien más, 9 corazones y apenas llegando al cruce, y el 10 corazón más adelante... dos personas más murieron atropelladas a 200 metros del pase aéreo peatonal en estos meses...
Como me aguevan estas varas. Si en tele se le incentivarta a los conductores a "darle color" al peatón irresponsable gritándole "jupón" cada vez que cruza donde no debe... tal vez si todo el mundo se apuntara a joder... porque si algo tiene el tico es mojigatería y de fijo le da verguenza ...
11 corazones y ya nos pasamos el cruce y este mae ni cuenta se dio por andar escribiendo mensajitos en el cel... pero ese es otro cuento, y yo necesito un baño y una Alka Seltzer.


En Costa Rica, los corazones amarillos son pintados en la calle en cada lugar en donde un peatón murió por atropello.

miércoles, 24 de enero de 2007

El valor del dinero

Don jaime Ordóñez publicó un interesantísimo artículo en el periódico La Nación que quiero compartir con ustedes en este principio de año, para que reflexionemos todos. El Ministro de Educación, Leonardo Garnier, se ha encargado de difundirlo.

El dinero no vale (casi) nada

Jaime Ordóñez
La Nación, Costa Rica, jueves 21 de diciembre, 2006

Contrariamente a lo que la gente cree – y también a lo que argumentan muchos economistas y funcionarios de organismos internacionales –, el dinero vale muy poco. En realidad, supone apenas entre un 5% y un 7% de la felicidad. Según los estudios desarrollados por el economista costarricense y profesor de la Universidad de las Américas, en Puebla (México), Mariano Rojas Herrera y sus colegas, los seres humanos vivimos en 5 grandes áreas. Se llaman “dominios de vida”, y el dinero es el menos importante.

En varios de sus estudios, el doctor Rojas analiza las respuestas de miles de personas en diversos lugares del mundo, y los resultados son siempre los mismos. El dinero importa, lo más, un 7% de la felicidad, mientras el amor y las relaciones personales suponen el 30%, y la satisfacción laboral un 20%.

Eso significa que andan por allí gran cantidad de opulentos millonarios, con casas en Miami y cuenta de banco en Suiza, que se sienten miserables; y también lo contrario: felices y exultantes ricos sin un peso, que, aunque cuentan los centavos para llegar a fin de mes, son felices. Son gente sonriente que anda con lo puesto; que nunca ha tenido un automóvil y que deberá toda su vida la hipoteca de la casa; que nunca ha ido, ni tampoco irá, a París o a Londres. Sin embargo, vive con extraordinaria plenitud y alegría.

Las claves de la felicidad parecen estar por otro lado. Según la estadística, entrevistando a miles de personas en México (D. F.), Medellín, Malasia, Venezuela, Tokio, EE. UU., etc., el principal factor de la felicidad es – como siempre se había sospechado – el amor, la amistad y la familia. Valen un 30%, como componente general de la felicidad. Le sigue gozar de buena salud, con 25%.

El tercer componente es poseer un trabajo placentero (genere o no mucho dinero), con un 20%. Un cuarto dominio sorpresivamente importante: disfrutar del tiempo libre, tener pasatiempos. Leer, hacer un deporte, coleccionar vasos anaranjados o tenedores de plata del siglo XVIII, vale otro 20%. Esos son los ejes de la felicidad. La mejor solución posible (como usted lo estará sospechando) es tener el hobby como trabajo. La pasión como trabajo, aconsejaba Stendhal. Ello sucede con los artistas y con alguna otra dichosa gente que – literalmente – vive con intensidad cada segundo de su vida.

Esos cuatro dominios suman casi el 95% de los factores de la felicidad. Al dinero le queda un distante y pequeño 5%, realmente poco para la desenfrenada y absurda lucha por conseguirlo en la que viven muchos, dispuestos a traicionar amigos, a enemistarse con hermanos, a mancillar su propio nombre y su honor, todo por su absurda acumulación. Desde luego, como indica el doctor Rojas Herrera, una base económica es esencial: un techo, comida, un ingreso decente para satisfacer las necesidades básicas; pero una vez cubierto eso, la felicidad está en otra parte.

Colombia es el país más feliz del mundo según casi todas las estadísticas. A pesar de la violencia y del bajo ingreso de millones de sus habitantes, tiene el vallenato, la cumbia, el ron de Caldas y la alegría en la piel. Tiene Macondo. Las personas de Medellín o Cartagena son extraordinariamente más felices, a pesar de un per cápita mucho menor, que las de Suecia o Japón, países mucho más ricos, pero grandemente infelices.

Los vecinos del D. F., en México, al igual que los de Nicaragua o Dominicana – según los estudios – son más felices que las personas de los EE. UU. a pesar de ganar de cinco a doce veces menos, según el caso. ¡En algo tenía que equivocarse Max Weber! La ética protestante y de la acumulación de la riqueza será la clave del desarrollo económico, pero no necesaria-mente de la felicidad.

Entre los estudios de Mariano citados por Jaime se encuentran: Well-being and the Complexity of Poverty: A Subjective Well Being Approach, Rojas, M. (2006) in M. McGillivray (ed.) Perspectives on Human Well-Being, United Nations y, también, Heterogeneity in the relationship between income and happiness: A conceptual-referent-theory explanation. Rojas, M. (2006) “Heterogeneity in the Relationship between Income and Happiness: A Conceptual-Referent- Theory Explanation” in Journal of Economic Psychology.