lunes, 19 de julio de 2010

La mamá de Teletica



Imagen de la colecciónde Xiomara Cubero, Olga Cozza

“El corazón de la empresa es su gente” dice doña Olga Cozza, dueña de Televisora de Costa Rica, canal 7. No lo dudamos. Pero si el personal es el corazón, doña Olga es el alma de esta empresa quincuagenaria.

César González

No sé exactamente como llamarle a eso que tiene doña Olga Cozza, pero cuando entra a una habitación es como si abrieran todas las ventanas. Súbitamente todo luce más iluminado, más fresco, más cómodo.
Con una sonrisa que no puede provenir de otro lugar más que de la sinceridad misma, nos vuelve a ver a los ojos y exclama “¡Qué gusto tenerlos acá en mi casa!” y uno no puede hacer otra cosa más que sonreir. De repente, aquello ya no era una sala de juntas con vista al set de noticias en el edificio del canal. Era algo como una glorieta en un jardín. Su casa. Nada más cercano a la verdad.
Cada esquina del canal tiene una historia. Cada persona que trabaja ahí detiene a doña Olga, la saluda con un abrazo y un beso en la mejilla, y le recuerda alguna conversación o confidencia que quedó pendiente, y que con toda seguridad será retomada en su oficina, en la cafetería, en algún pasillo. A sus 73 años, goza del cariño y la admiración decada persona que trabaja en su empresa.
Es por doña Olga que Canal 7 se ha caracterizado por estar constantemente realizando campañas cívicas, de valores y ambientales. Cada diciembre la empresa utiliza el impacto y la preferencia de la cual gozan en Costa Rica para hacer un llamado a la empresa privada y sacar de la pobreza a algunas familias de escasos recursos, construyendo casas, ayudando en la compra de equipo especial para personas discapacitadas.
Cuando hay emergencia nacional por inundaciones o terremotos, ya los empleados están casi “en automático”. Saben que viene doña Olga y les va a pedir que asuman su papel de buenos costarricenses. Por eso, generalmente antes de que ella llegue a impartir la directriz ya hay ideas sobre cómo ayudar moviéndose en el canal. Eso es lo que ella sembró a lo largo de 50 años de historia de la empresa. Antes de que los gurús gerenciales salieran con proclamas y estudios sobre las ventajas de centrar las filosofías empresariales en el recurso humano, ya ella lo había descubierto: a lo largo de tanto tiempo, en varias ocasiones su fidelidad para con los empleados se ha transformado en fidelidad de los empleados hacia la compañía, y eso le ha permitido sortear crisis, innovar y que la empresa se siga posicionando como el canal de mayor audiencia del país. L
Pero para entender cómo se logró esta sinergia y este ambiente laboral tan positivo a lo interno de Teletica, hay que conocer un poco del pasado de la empresa, de su fundador y de las condiciones en las cuales doña Olga llegó a hacerse cargo de la compañía.

Dos visionarios, un león africano y una mujer valiente

A finales de la década de 1950 dos visionarios juntaron sus criterios para salir en busca de un sueño. Uno de ellos era el ingeniero Carlos Reyes, inquieto investigador de las transmisiones inalámbricas e inventor de videocámaras. El otro era René Picado, aficionado al cine, única persona que en esa época filmaba anuncios en Costa Rica, los cuales eran transmitidos en los teatros de la ciudad capital. La esposa de don René, Olga Cozza, era ama de casa.
A Picado, un amigo le metió la inquietud en la cabeza de hacer una televisora en Costa Rica, pues era el siguiente paso que las naciones desarrolladas estaban tomando, con rumbo hacia una era de tecnología.
Picado y Reyes decidieron asociarse, y buscaron capital extranjero para invertir en su compañía.
Doña Olga recuerda: “René escribió cartas a todas las empresas de televisión de las cuales se enteró, incluída la BBC de Londres. Sólo una respondió con interés de participar, y esa fue la American Broadcasting Company (ABC) de los Estados Unidos. Con esa respuesta en mano, comenzaron las negociaciones” expresó doña Olga.
La ABC no podía involucrarse directamente con capital. Pero sí podía proporcionar equipos de ttransmisión viejos, que estaban en desuso, oferta que fue aceptada por los costarricenses.
Reyes y Picado habían conseguido una consesión estatal para operar una televisora en el canal 8, pero al llegar a los Estados Unidos a recoger los equipos, se enteraron de que todos ellos estaban hechos para transmitir en una frecuencia distinta, en el canal 7. Tras empacar todos los equipos, conseguir algunas series de televisión y varias caricaturas, y bajar una antena de transmisión vieja del Empire State Building, Reyes y Picado volvieron en barco a Costa Rica, obtuvieron la concesión para operar en el canal 7, firmaron elacta constitutiva de Televisora de Costa Rica Canal 7 el 5 de setiembre de 1959, y comenzaron a transmitir oficialmente, en 1960. Lo primero que se transmitió fue una caricatura de Mickey Mouse.
Las acciones quedaron repartidas en un 35% para ABC, un 30% para Reyes, un 25% para Picado y un 10% para el empresario costarricense Leonel Pinto.
El primer noticiero del país, llamado “La palabra de Costa Rica” salió al aire, con don René Picado de presentador.
Posteriormente, otros actores entrarían en la sociedad, y Picado y Reyes terminarían su relación comercial, pues este último quería montar su propio proyecto televisivo en canal 2.
Con cerca de 25 empleados, una vanette modificada para que operara a manera de móvil televisiva y muy pocos televisores a los cuales llegar, Televisora de Costa Rica (Teletica) comenzó su historia, y la figura, la excentricidad y el carisma de don René comenzaron a ganar la simpatía del público, cada vez más anunciantes, y cada vez más televidentes. Y cuando decimos excentricidad, es porque era una característica tan notoria, que bien vale dedicarle un párrafo de este artículo.
Una vez René salió de viaje a Italia, y regresó de allá con un cachorro de león africano que era simpatiquísimo. Se llamaba Rómulo y era como un gato grande. El problema fue que el gato grande pronto se convirtió en un animal enorme y melenudo, y aún así René lo andaba paseando en el asiento del copiloto del auto convertible que tenía. Lo llevaba al canal, lo dejaba en su oficina y lo exhibía en ferias en diferentes lugares del país” recuerda con una sonrisa doña Olga.
En ese momento, la familia Picado Cozza vivía en la provincia de Alajuela. Rómulo vivía en el patio de la casa, y comenzó a dar problemas con los vecinos debido a su rugido, pero también se convirtió en una curiosidad que la gente comenzó a asociar con la provincia. Se comenzó a hablar del famoso “león de alajuela”. Hoy, la mascota del club de fútbol de la provincia es precisamente un león.
Don René Picado era sin duda especial. Cortaba cables, se tiraba al piso y hacía cualquier cosa necesaria junto con sus empleados para sacar las transmisiones. Por eso los empleados lo veían como uno más del grupo. Doña Olga les llevaba almuerzo a muchos de ellos. Celebraban cumpleaños, navidad, nacimientos, y bodas. Juntos transmitieron la erupción del Volcán Irazú en 1963, la llegada del presidente Keneddy a Costa Rica en 1965 y la llegada del hombre a la luna en 1969.
Precisamente en el año 1969 murió don René Picado, a temprana edad . Su familia y empleados se vieron profundamente afectados. En medio de la incertidumbre los empleados del canal le comunicaron a doña Olga que si ella quería seguir con el proyecto, ellos iban a “empujar la carreta a su lado”. Olga Cozza comenzó desde entonces a ejercer la presidencia de la compañía.
Durante la presidencia de doña Olga, se logró adquirir el 100% de las acciones del canal.
Para 1970, los demás accionistas costarricenses habían vendido su parte de la empresa a la familia Picado Cozza. Doña Olga había recibido dos ofertas de compra del canal, una por un millón de colones, y la otra por dos millones y medio. Ambas las rechazó.
En 1970 la empresa ABC le comunicó a doña Olga que por orden de los directivos tenían que deshacerse de las acciones en el extranjero, por temas de seguridad jurídica experimentados en otras latitudes.
La primera opción de venta fue para Cozza. Si no compraba las acciones, iban a salir a la oferta pública.
Por política de la empresa, existía un fondo económico para emergencias. La totalidad del fondo era de 125 mil colones. Y justamente ese era el precio del 35% de las acciones de ABC.
Doña Olga decidió comprar las acciones y quedarse sin el fondo de emergencias y sin la asesoría de la empresa americana, que era la que recomendaba y conseguía las series de televisión.
Teletica comenzó a caminar solo.
En 1975 el papá de doña Olga decidió hacer el edificio donde actualmente está instalado el Canal. Para ese entonces, René Picado Cozza, hijo de doña Olga, ya trabajaba en el canal.
Para mediados de los 80, la empresa comenzó a analizar la posibilidad de incursionar en la televisión por cable. Se conformó la empresa CableTica en 1992.
Para la década de los 90 Teletica fue la casa de las primeras series de televisión de producción nacional.
Para mediados del 2000, se conformó Teletica Formatos, encargada de idear programas de televisión de factura nacional, o de conseguir los derechos de formatos populares, como es el caso de la franquicia “Quién quiere ser millonario”, adquirido por Teletica en 2009.
La producción propia del canal la encuentran muy buena. Una idea nuestra, el formato de nuestro programa de concurso de canto “Nace una Estrella” quiere ser comprado por otros países” expresó Cozza.
Un futuro promisorio
Doña Olga dice que le han preguntado cuándo piensa pensionarse. Pero cuando ella responde “pronto”, la terminan convenciendo de que no lo haga. A sus 73 años sigue haciéndose cargo de la relación de la empresa con los clientes, discute los proyectos de la empresa, y sobre todo lo que más le apasiona es supervisar las políticas del canal para con su recurso humano.
El miedo paraliza y el amor construye. Por eso hemos llegado donde estamos, y tenemos un edificio de estudio nuevo acá cerca. Por eso hay gente que cumple aquí 15, 20, 30 y hasta más de 40 años de trabajar. Porque se les ha tratado con amor”.
Los hijos de doña Olga , René y Paula, están ahora más involucrados en llevar las riendas del canal. El primero en la dirección, la segunda encargada de producción y formatos.
Teletica está haciendo planes para transmitir su señal a los teléfonos celulares, tiene un completo portal Web donde también ofrece sus servicios, y la empresa Cable Tica acaba de lanzar servicios empresariales y tiene pensado involucrarse más en la oferta de internet de alta velocidad.
Varios de los programas del canal son transmitidos en formato de alta definición, y están atentos al desarrollo de nuevas tecnologías. Lo que nunca cambia es la búsqueda de la unidad de la familia costarricense que sembró doña Olga como parte de la identidad misma de la empresa. No cambia el apoyo a los necesitados, el refuerzo a los valores y se quedan también la idea de que el recurso humano es lo primero, demostrada durante el año 2009, cuando en media crisis y con una disminución promedio del 10% en los clientes que pautaban en las televisora, Teletica decidió no tocar el salario de sus más de mil empleados, ni hacer un solo despido.
También se quedan los recuerdos, y mil nombres e historias en la lúcida memoria de doña Olga Cozza de Picado, una de las mujeres empresarias más admiradas de centroamérica.
Se me olvidaba contarle algo curioso. La primera locación del canal fue en un segundo piso. El tren pasaba al frente y hacía mucho ruido. Pues una vez se les ocurrió que necesitaban subir a un caballo al segundo piso para filmar un anuncio. Lo lograron subir poco a poco por las escaleras... pero duraron todo el resto del día ideando la manera de bajar el caballo. Hubo hasta quien dijo que la única manera de sacar al caballo de ahí era en embutidos. Al final, como siempre, los muchachos lo lograron” recordó con nostalgia la mamá de teletica.